|   En 
el 
centro 
de 
la 
ciudad 
de 
Pamplona en 
España 
	hay 
un 
parque 
y 
en 
el 
parque 
hay 
dos 
estatuas, una 
de 
un 
hombre 
y 
la 
otra 
de 
una 
mujer. Las 
estatuas 
están 
una 
en 
frente 
de 
la 
otra, así están ya 
por 
muchos 
años. Una 
mañana 
aparece 
un 
ángel  
	muy 
bonito 
y 
muy 
especial 
y 
les 
dice:Ya 
que 
ustedes 
en 
todos 
estos 
años 
le 
dan 
tanto 
placer 
a 
la 
gente 
de 
esta 
ciudad, les 
voy 
a 
conceder 
que 
vivan 
como 
seres 
humanos 
por 
	una 
hora 
para 
hacer 
lo 
que 
ustedes 
quieren.
 Y 
con 
esas 
palabras 
las 
estatuas 
se convierten en 
	personas. Las 
estatuas 
se miran, se sonríen e 
inmediatamente 
corren 
hacia 
unos 
árboles 
cercanos 
y 
se ocultan entre 
las 
plantas. El 
ángel 
se sonríe mientras 
oye 
risas 
y 
ruidos 
de 
las 
hojas 
y 
ramas. Después 
de 
	media 
hora 
salen 
las 
estatuas, contentas 
y 
sonrientes. Un 
poco 
sorprendido, el 
ángel 
mira 
su 
reloj 
y 
les 
dice:
 - Todavía 
les 
quedan 
	treinta 
minutos. ¿No 
quieren 
continuar?
 La 
estatua 
macho 
le 
pregunta 
a 
la 
estatua 
hembra:
 - ¿Quieres 
hacerlo 
otra 
vez?
 Sonriendo, la 
estatua 
hembra 
le 
dice:
 - ¡Sí, pero 
esta 
vez 
tú 
sostienes 
a 
la 
paloma 
mientras 
yo 
le 
hago 
mis 
necesidades 
en 
su 
cabeza!
 FIN |