|   Pedro es 
un 
hombre 
de 
35 años 
que 
tiene 
un 
hijo 
de 
8 
	años 
que 
se llama Diego. Un 
día 
está 
en 
su 
casa, Pedro ve 
la 
televisión 
mientras 
Dieguito hace 
los 
	deberes de 
la 
escuela. Entonces 
Dieguito pregunta 
a 
Pedro:- Papá... - ¿Hummmm? - ¿Cómo 
es 
el 
femenino 
de 
sexo?
 - ¿Qué? - Pregunta 
	Pedro. - ¿El 
femenino 
de 
sexo?, No 
tiene.
 - ¿Sexo 
no 
tiene 
femenino? - 
	pregunta 
Diego
 - No. - responde 
Pedro
 - ¿Sólo 
hay 
sexo 
masculino? 
	- pregunta 
Diego
 - Sí. Es 
decir, no. Existen 
dos 
sexos. Masculino 
y 
femenino. - Dice 
	Pedro
 - ¿Y 
cómo 
es 
el 
femenino 
de 
sexo? - pregunta 
otra 
vez 
Dieguito. No 
tiene 
femenino. Sexo 
es 
siempre 
masculino. 
	- Le 
dice 
Pedro
 - Pero 
tú 
mismo 
dices 
que 
hay 
sexo 
masculino 
y 
femenino.
 - El 
sexo 
puede 
ser 
masculino 
o 
femenino. La 
palabra 
"sexo" es 
masculina. El 
sexo 
masculino, el 
sexo 
femenino. 
	Le 
dice 
Pedro a 
su 
hijo
 - ¿No 
tiene 
que 
ser 
"la 
sexa"? - Pregunta 
	Dieguito
 - No.
 - ¿Por 
qué 
no? - insiste 
Dieguito
 - ¡Porque 
no! "Sexo" es 
siempre 
masculino.
 - ¿El 
sexo 
de 
la 
mujer 
es 
masculino? 
	- pregunta 
Dieguito
 - Sí. ¡No! El 
sexo 
de 
la 
mujer 
es 
femenino.
 - ¿Y 
cómo 
es 
el 
femenino?
 - Sexo 
también. Igual 
al 
del 
hombre. 
	- Responde 
Pedro
 - ¿El 
sexo 
de 
la 
mujer 
es 
igual 
al 
del 
hombre?
 - Sí. Es 
decir... Mira. Hay 
sexo 
masculino 
y 
femenino.
 - Entonces, ¿cómo 
es 
el 
femenino 
de 
sexo?
 - Es 
igual 
al 
masculino.
 - ¿Pero 
no 
son 
diferentes? 
	- pregunta 
Dieguito
 - No. ¡O 
sí! La 
palabra 
es 
la 
misma. Cambia 
el 
sexo, pero 
no 
cambia 
la 
palabra.
 - Pero 
entonces 
no 
cambia 
el 
sexo. Es 
siempre 
masculino.
 - ¡Basta! Anda, a 
jugar. 
	- Dice 
al 
final 
Pedro un 
poco 
enfadado.
 
 El 
muchacho 
sale 
y 
la 
madre 
entra. 
	Pedro le 
dice 
a 
su 
esposa:
 - Tenemos 
que 
vigilar 
a 
Dieguito.
 - ¿Por 
qué? 
	- pregunta 
la 
esposa
 - Sólo 
piensa 
en 
gramática. - responde 
Pedro.
 
 FIN.
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