|   En 
el 
norte 
de 
Colombia 
hay 
muchos 
pueblos 
muy 
bonitos. 
	Un 
día 
por 
la 
carretera 
en 
camino 
de 
Santa 
Marta a 
Cartagena viaja 
Cesar con 
su 
auto 
y 
en 
una 
curva 
explota 
una 
	llanta y 
casi 
se mata. Nervioso 
baja 
del 
coche, mira 
la 
rueda 
y 
va 
a 
buscar 
el 
gato 
para 
cambiarla, pero 
cuando 
abre 
el 
maletero 
se da cuenta 
que 
el 
gato 
no 
está 
y 
se acuerda que 
lo 
olvidó 
en 
su 
garaje. Mira 
la 
hora 
(las 
3 de 
la 
mañana) y 
	se desespera. 
 Empieza 
a 
mirar 
a 
ver 
si 
vienen 
	carros 
que 
pueden 
ayudar 
pero 
a 
esa 
hora 
no 
pasa 
ninguno. Ve 
que 
hay 
a 
lo 
lejos 
una 
pequeña 
luz. Va 
para 
allá 
con 
la 
idea 
de 
pedir 
prestado 
a 
los 
dueños 
un 
gato 
para 
cambiar 
la 
rueda. A 
mitad 
de 
camino, empieza 
a 
pensar: "Puede 
ser 
que 
no 
tienen 
un 
carro 
y 
que 
voy 
allá 
inútilmente"... "Si 
tienen 
un 
carro, tal 
vez, no 
me 
quieren 
prestar 
el 
gato"... "además, es 
muy 
tarde, seguro 
que 
se 
van 
a 
enojar 
conmigo"...
 
 Cuando 
se acerca ve 
un 
auto 
antiguo... "si 
tienen 
carro, tienen 
gato, seguro"... "Y 
si 
me 
piden 
dinero 
por 
darmelo"... "no 
tengo 
un 
peso 
y 
no 
sé 
cómo 
puedo 
pagarles"... "Con 
la 
mala 
suerte 
que 
tengo, seguro 
que 
me 
echan"... "O 
me 
van 
a 
recibir 
a 
tiros 
de 
pistola"... El 
hombre 
sube 
las 
escaleras 
de 
la 
casa... Llama 
al 
timbre... "Y 
aunque 
seguro 
tienen 
gato, seguro 
que 
no 
me 
lo 
dejan 
después 
de 
molestarles a 
las 
3 de 
la 
mañana"... vuelve 
a 
llamar... "a 
lo 
mejor 
no 
hay 
nadie 
y 
estoy 
haciendo 
el 
idiota".
 
 Entonces 
se abre la 
puerta 
y 
aparece 
una 
viejecita en 
bata 
medio 
dormida que 
le 
pregunta 
al 
extraño 
con 
su 
fina 
vocecita: - ¿Qué 
desea, caballero? -¡¡¡QUE 
NO 
QUIERO 
EL 
GATO, GUARDELO SÓLO 
PARA 
USTED, VIEJA 
MALDITA!!!
 
 FIN
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